Una vez tuve un sueño,
donde hablaba el Señor;
donde hablaba el Señor;
y, a mi oído decía,
que había habido paisajes
de increíble esplendor
del más tierno verdor.
Recuerdo que decía,
que, en ese mundo, había
equilibrio total,
entre los animales
CORO:
Espléndidos parajes,
que más no se verán,
porque el hombre, insensato,
se empeñó en acabar.
Había ríos y lagos
con mil tonos de verde,
lujuria tropical,
en feliz armonía
con el reino animal.
Y lágrimas derramo,
contemplando que al mundo,
nadie quiere cuidar.
Lo verde se termina
y la vida también;
quiero vivir mi sueño,
¡que el mundo sea un edén!
¡que el mundo sea un edén!
……………………………….
(Se repite completa)
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