La vida es una carrera
que todos quieren ganar;
pero, ¿fórmula quién tiene
pero, ¿fórmula quién tiene
para la meta alcanzar?
En la vida hay que luchar,
y eso lo puedes jurar,
viene siempre la pobreza.
Persevera y vencerás,
que el tiempo resuelve todo;
sé constante y ya veras
sé constante y ya veras
El vivir es trabajar,
mas vive con alegría;
es la fórmula ideal,
si no tortura sería.
En la escuela de la vida,
hay un lenguaje expresivo:
en los nietos y en los hijos.
La ociosidad es la cuna
de todos los grandes males;
puede un vicio dar fortuna,
pero eso de nada vale.
Tentaciones, del demonio;
los vicios son transitorios,
y las virtudes eternas.
Los títulos que ostentamos,
los bienes que poseemos;
de todo eso nos libramos,
Sé justo y sincero, amigo,
lo demás en verdad sobra:
lo demás en verdad sobra:
ante Dios nuestros testigos,
serán nuestras buenas obras
Coexisten en cada ser,
artista, amante y guerrero;
prudencia con el tercero.
Recuerda, cada quien lleva
en el interior un templo;
solemos buscar afuera,
sin mirar primero adentro.
no es hacer lo que otro quiera;
que cada uno decida,
hacer lo que más prefiera.
Que no pase un solo día
sin haber algo sumado,
para alcanzar, con porfía,
la meta que te has trazado.
por mera suerte es que fluye:
la suerte es un monumento
que el talentoso construye.
Cuando el amor y el talento,
alguna alianza sostienen;
¡el éxito sobreviene!
Llegar primero a la cima,
muy fácil podría ser;
lo difícil en la vida,
es saberse mantener.
La certeza no es de fiar,
que todo suele cambiar,
a tu favor o en contra.
La prueba de la valía
no es que no caigas jamás;
pararse con gallardía,
Y por mucho que en la vida
te acosen las circunstancias,
siempre habrán alternativas,
distintas a la desgracia.
Angustias, penas, reproches,
destiérralos de tu alma;
lo más negro de la noche,
Que el amor sea el proceso
de dirigir gentilmente,
con ternura y embeleso,
hacia ti mismo a otra gente.
Muchísimos matrimonios,
caras son de una moneda:
verse no pueden, ¡demonios!,
Que un querer no te destroce,
¡nunca llores las caídas!;
en el amor no hay adioses,
sino eternas despedidas.
El sarcasmo y la ironía,
sindéresis es la vía
para zanjar los entuertos.
Prudencia es una virtud,
aunque dice una conseja:
la experiencia es una luz,
que alumbra sólo si quema.
Y esto al ocioso advierto,
porque jamás se percata:
vivimos matando el tiempo
vivimos matando el tiempo
y es el tiempo el que nos mata.
Son lecciones inherentes
a nuestra esencia vital;
y, con ellas, nuestras gentes
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