con tu vida de inmenso sacrificio;
plagada de miseria y sin anhelos;
te conformas con ser diestro en el oficio.
Tú, que lustras el calzado de la gente,
que a la vida te enfrentas desde abajo,
ganando tu sustento honradamente;
Pero hay otros, de oficio parecido,
que se arrastran, sin pudor y sin vergüenza;
personas que lo digno hasta han perdido,
adulando a los que tienen influencias.
adulando a los que tienen influencias.
La honradez, en el más profundo abismo;
para ellos, el trabajo es una afrenta;
y sucumben en triste servilismo,
Besamedias de la gente, no podrán,
igualar la dignidad del limpiabotas;
y, dondequiera que vayan los verán,
como unos despreciables lamebotas.
Limpiabotas, que vives sin consuelo,
de la vida, resiste los embates;
que, a pesar de que laboras desde el suelo,
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