SER REVOLUCIONARIO

SER  REVOLUCIONARIO

Ser revolucionario es ser ejemplo,

es dolernos del dolor del oprimido;

que el amor sea en nosotros aquel templo,

donde encuentre consuelo el desvalido.

Es llevar en los sueños la utopía,

convertir la sed ajena en nuestra sed;

es sembrar en nuestras almas la empatía,

y del amor, con ilusión, tejer la red.

Ser revolucionario es ser consciente,

de que al pueblo se tiene que servir;

solidario, por demás, ser con la gente,

sin esperar ofrenda alguna recibir.

Es sentir la corriente del cariño,

que se asoma a las pupilas de mi pueblo;

abrazar con afecto al campesino,

y estrechar la ruda mano del obrero.

Ser revolucionario es ser testigo

y partícipe de mil transformaciones;

de la patria, orgulloso de ser hijo;

y estar presto a enfrentar a los traidores.

No ceder a tentaciones ni a prebendas,

que pretendan tu conciencia mancillar;

que se grabe bien en ti cual es la senda,

que el Ché Guevara pidiera transitar.

Ser revolucionario, compatriotas,

es portar de la patria sus banderas;

es brindar a otros hermanos nuestra cuota

de amor, de sacrificio; sin fronteras.

Ser revolucionario es extirpar,

de raíz, el vil capitalismo;

y convertir el alma en un altar

de idealismo, justicia y humanismo.

Ser revolucionario, en fin, es desterrar

del corazón, totalmente el egoísmo;

y, con orgullo y sin traumas abrazar,

con pasión desmedida el socialismo.

                     Jesús Núñez León
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