LA TERCERA BOMBA NUCLEAR.
Estados Unidos disparó alevosamente,
bombas nucleares a Hiroshima y Nagasaki;
y festejaron esa acción macabramente,
cual si hubieran sido inofensivos triquitraquis
que arrojaron sin rubor matando gentes.
Otra bomba mortal estuvo destinada
premeditadamente y con alevosía,
a la Berlín que al nazismo lideraba,
sin importarles la hecatombe que allí habría,
ni que de criminales la historia los tildara
Pero Dios intercedió con su bondad
no permitiendo semejante guillotina
y fue así que los rusos tomaron la ciudad,
salvándola de aquellas mentes asesinas
que pretendieron arrasarla sin piedad.
Hoy los pueblos aviesamente sojuzgados,
armas letales construyeron ellos mismos;
con la educación y la conciencia hemos lanzado,
contra el yugo imperial y el neofascismo,
¡La nueva bomba que los tiene aletargados!
Jesús Núñez León.
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