A JORGE RODRÍGUEZ, PADRE
Un veinticinco de julio te nos fuiste,
no te dejó vivir la vil canalla;
hoy tu pueblo te recuerda, ¡no moriste!,
contra la infamia tu lucha aún se halla.
Hijo de Pascual Florido y de Eloína,
dirigente estudiantil de los más recios;
enfrentaste con coraje aquella inquina,
enquistada en un gobierno de adefesio.
Y el SIFA y la DISIP te capturaron
y te llevaron, cual Miranda a La Carraca;
testigo fue el Miguel Antonio Caro,
emblemático liceo de Caracas.
En la cárcel los malvados te hacinaron
y tomaron tu vivienda por asalto;
con sevicia, tu cuerpo torturaron,
cruelmente, propiciándote un infarto.
Jorge Rodríguez recibe este homenaje,
del país que tu nombre ha idolatrado;
es tu prole un dignísimo mensaje,
¡la patria grande enaltece tu legado!
Jesús Núñez León.