HA NACIDO UN NIÑO POBRE
Hoy nos trajo Dios al mundo,
otro nuevo niño pobre;
con su sonrisita dulce,
con sus lágrimas salobres.
Se alegra la parturienta,
se alivia la comadrona,
el padre contento brinda;
pero, Jesucristo llora.
Llora por su porvenir,
por su techito de palma,
por las paredes de cinc
que achicharrarán su calma;
porque el hambre y la miseria
le desgarrarán el alma.
CORO:
Madre, te pido por él;
¡protégelo, mi Señora!;
Tu sabes bien, Virgencita,
que la desgracia devora;
hoy lo trajo Dios al mundo,
vela por su vida ahora;
que su color no sea estorbo,
ni un estigma, ni un calvario;
que no sea blanco del morbo,
¡pónle, de Cristo, el sudario!
Se alegra la parturienta,
se alivia la comadrona,
el padre contento brinda;
pero, Jesucristo llora.
Llora porque va a sentir
de la vida los rigores,
por su catre de cartón,
Se alegra la parturienta,
se alivia la comadrona,
el padre contento brinda;
pero, Jesucristo llora.
Llora porque va a sentir
de la vida los rigores,
por su catre de cartón,
por el mar de sinsabores,
por sus carencias de amor,
¡porque el niño es negro y pobre!
CORO:
Madre, ofrécele tu amor;
no lo desampares, madre;
dale un porvenir mejor
y un buen empleo a su padre.
Ábrele las alamedas
de un futuro hermoso y grande;
bríndale tu protección,
¡no lo desampares, madre!
Dale garantías plenas
por sus carencias de amor,
¡porque el niño es negro y pobre!
CORO:
Madre, ofrécele tu amor;
no lo desampares, madre;
dale un porvenir mejor
y un buen empleo a su padre.
Ábrele las alamedas
de un futuro hermoso y grande;
bríndale tu protección,
¡no lo desampares, madre!
Dale garantías plenas
de que el color no le estorbe
y que sienta en su alma noble
que vivir vale la pena,
y que sienta en su alma noble
que vivir vale la pena,
que romperás las cadenas
que lo lleven a ser torpe,
que el Niño Jesús le aporte
sus granitos de alegría,
que le hagas ver algún día
que la esperanza es su norte.
Que aunque el corazón le llenes
con plegarias, madre mía;
Que aunque el corazón le llenes
con plegarias, madre mía;
¿por qué tu no le concedes
el pan que tu hijo ofrecía?
¡que el negrito no se acueste
con su pancita vacía!
¡que ser pobre no le cueste
más angustias virgen mía!
Que aprenda a honrar a la vida,
que las penas no le agobien;
y, aunque holguras no le sobren,
convéncelo, madre mía,
que invitado será un día
Que aprenda a honrar a la vida,
que las penas no le agobien;
y, aunque holguras no le sobren,
convéncelo, madre mía,
que invitado será un día
a la viña del Señor;
¡aléjalo del dolor!;
¡no más lágrimas salobres!
y celebremos con amor
y celebremos con amor